Trastorno por déficit de Naturaleza, ¿qué es?
El contacto con la naturaleza es positivo tanto para nuestros pequeños como para los mayores. Aun así, creo que aún no somos conscientes de lo que puede llegar a influir en la vida de un niño y en su desarrollo esa relación con los árboles, las plantas, las flores, el aire puro… Sin embargo, en una sociedad en la que los niños prefieren jugar a la videoconsola, ver la televisión, jugar en Internet… parece complicado que sepan disfrutar fuera de ese entorno virtual, por llamarlo de algún modo.
Así, leyendo estos días sobre la importancia de este contacto, he encontrado este trastorno, que ha sido denominado así, trastorno por déficit de naturaleza, y que está siendo estudiado en profundidad por un grupo de investigadores, entre ellos, José Antonio Corraliza, catedrático de Psicología Ambiental en la Universidad Autónoma de Madrid, así como Silvia Collado, investigadora también de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Resultados del estudio relacionado con el trastorno por déficit de naturaleza.
De este modo, para llegar a detectar el trastorno por déficit de naturaleza, el equipo investigador de Corraliza tomó como muestra a mil niños, evaluando en cada caso, si tenían espacios naturales más o menos cerca de donde vivían. A partir de ello, establecieron tres grupos, con el fin de observar los resultados o consecuencias que tenía en cada uno de ellos esa relación con la naturaleza.
Por un lado, un grupo que sí que estaba en continuo contacto, ya que, tenían en su misma casa espacios verdes o al menos muy cerca de su hogar. Por otro lado, estaban dos grupos más, unos que tenían esos espacios a media distancia y los que finalmente tenían muy lejos de su casa elementos de la naturaleza.
Tras llevar a cabo este estudio, los resultados parecen ser concluyentes, ya que, en los que tenían ese mayor contacto, por un lado se detectaba que mostraban una mayor conciencia de cuidado del medio ambiente, así como una mayor capacidad para afrontar situaciones de estrés.
Por otro lado, el trastorno por déficit de naturaleza del que se habla en este estudio, se relaciona con la aparición de problemas de tipo respiratorio, aparición de obesidad, ya que los pequeños caen en una vida sedentaria, así como mayor posibilidad de desarrollar hiperactividad e hipovitaminosis D, o lo que se traduce en falta de esta vitamina en su organismo, como consecuencia de no recibir los rayos del sol y los beneficios que ello conlleva.
De este modo, José Antonio Corraliza afirmaba que, teniendo en cuenta los modelos de vida actual es necesario tomar conciencia. “Nuestro sistema nervioso y el funcionamiento psicológico requiere contacto continuo con la naturaleza para nuestro bienestar”, según sus propias palabras.
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