La tecnología nos rodea. En todos los rincones de nuestras casas disponemos de aparatos (muchos de ellos de última generación) diseñados para hacernos la vida más fácil. El mundo del cuidado de los bebés no iba a ser una excepción.
Haciendo un repaso a los utensilios con la tecnología más o menos sofisticados que empleamos, si no diariamente, muy a menudo con nuestros hijos, me vienen a la cabeza unos cuantos.
Desde los más sencillos como el calienta biberones que en pocos segundos puede tener a la temperatura idónea la comida del peque y, de paso, parar con su desesperado llanto de hambriento hasta los proyectores de luz que dibujan estrellas en el techo de la habitación acompañadas de una suave música, también emitida por el invento en cuestión, para lograr que el bebé se encuentre con Morfeo lo antes posible.
Quien más quien menos ha tenido que utilizar termómetros para detectar alguna subida de la fiebre de sus hijos y es muy posible que se haya decantado por aquellos termómetros que funcionan por infrarrojos y que ni siquiera hace falta poner en contacto con la piel del niño, basta con colocarlos a una cierta distancia de la sien del bebé y unos números en la pantalla digital indican si tiene fiebre o no.
A la hora de dormir también tenemos ayuda tecnológica. Los famosos intercomunicadores que saltan al más mínimo sonido producido en la habitación donde duerme el niño y que pueden mostrar, incluso, imágenes del cuarto. Así, cómodamente sentados en el salón, por ejemplo, podemos tener la tranquilidad de ver a nuestro “cachorro” dormir plácidamente.
Otro apartado en el que la tecnología nos echa una mano es el de los juguetes, por supuesto. La interactividad que facilitan estos cacharros con luces, sonidos, música, que se activan a capricho del niño, es su característica más destacable.
Si hablamos de aplicaciones para móviles, también las hay pensadas para el mundo infantil. Existen las que te marcan pautas nutricionales del niño y te muestran su evolución con el tiempo, las que te aconsejan sobre medicamentos, ¡¡¡hasta las hay que te dan sugerencias sobre qué nombre ponerle al bebé que estas esperando!!!
Aunque el motivo real de este post no ha sido dar un repaso de cuantos artículos tecnológicos usamos en el día a día en el cuidado de nuestros hijos sino el estupor que me produjo haber leído que el gigante IBM pretende sacar en unos pocos años un traductor de bebés, que se espera sea útil no sólo para los padres sino también para facultativos en busca de dolencias concretas para un mejor diagnóstico.
¡¡¡Es alucinante, tenemos el futuro aquí mismo!!!
Ya no hará falta recurrir a los padres de cada niño para que les traduzcan, como ha sido toda la vida…
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