Mi hijo ya tiene establecidas las relaciones con los adultos

No sabría decir exactamente desde cuándo, pero mi hijo ya tiene establecidas las relaciones con los mayores que le rodean.

Está claro que por encima de todas las personas adultas que viven, conviven y pululan por su alrededor, la madre es el referente principal de mi hijo.

mi hijo y su mamá

Él la busca cuando tiene hambre, sueño, se ha hecho daño o cuando quiere compartir una alegría con alguien. Es, sin duda, su fuente de alimento y protección y como tal la trata, la mima, la da todo el cariño del que es capaz. De hecho, los gestos más tiernos (como cuando recuesta la cabecita sobre su pecho o, estando en sus brazos, se retuerce para darla un beso) los tiene, sin duda, con ella. A los demás nos puede conceder alguno de vez en cuando pero la palma se la lleva ella. Aunque esto es no sólo normal sino lógico.

mi hijo y los abuelos

A mí me mira cuando va a hacer algo que sabe que no debe hacer. Me mantiene la mirada mientras deja la mano en el aire cerca de un enchufe, por ejemplo, como esperando oír el inevitable “no” que le soltaré yo. Me ve como la autoridad, no creo que haya dudas, porque cuando hace alguna cosa de estas en las que busca autorización, la verdad es que no mira a nadie más, sólo a mí.

No digo que no tenga detalles de cariño también conmigo (no sufran los padres, que no todo son miradas de respeto en busca de permiso para hacer una trastada), los tiene, por supuesto pero prima lo otro, qué le vamos a hacer.

Luego están las abuelas.

Mi madre es mayor y no puede cogerle mucho en brazos, ni seguirle mientras corretea, ni jugar con él. Por eso, tal vez, no suele estar mucho con ella. Eso sí, tiene demostraciones espontáneas de cariño (la cose a besos, a veces, o le dedica una sonrisa de “dientines” como dice mi madre) que la derriten de orgullo de abuela.

mi hijo y sus relaciones con los abuelos

Mi suegra sí juega con él y le coge y le sigue aunque, lo reconozco, es tan enérgico y agotador que enseguida se cansa. Además, mi suegra (y todo, hay que reconocerlo), tiene una competencia feroz en su marido, el abuelo.

El niño por el abuelo tiene pasión (y sólo tiene catorce meses). No sé si será porque le deja hacer todo (de hecho, le deja hacer y le enseña a hacer cosas que no debería pero, en fin…; ya se sabe que los padres estamos para criar a los hijos y los abuelos para malcriarlos), quizás sí, pero es al único al que le echa los brazos estando incluso en brazos de su madre.

mi hijo y los abuelos

No digo que tenga celos pero sí que me hace sentir algo triste. Uno le da todo su cariño y cuanto sabe para educarle correctamente todos los días para que elija otros compañeros de viaje. Aunque no se puede obligar a que os tengan cariño vuestros hijos; si se va por ese camino será una batalla perdida. Hay que sembrar, aguantar chaparrones, mal tiempo y de todo para esperar una buena cosecha.

Y puede llegar pasados varios años. Al menos, eso..

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Acerca de Javier

Un Padre con la L
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