En determinadas pedagogías e incluso se podría hablar de estilos de crianza, se practica lo que viene siendo el método Montessori en lo relativo a que el o la peque haga todo aquello de lo que es capaz por sí mismo.
Criterio Montessori
Según María Montessori, en el momento en que el adulto interviene para, desde su perspectiva, ayudar, lo que está haciendo es hacerle perder al o a la peque la oportunidad de aprendizaje por sí mism@.
En algunos hogares en los que se integra esta pedagogía, los adultos adaptan el entorno a los y las peques para que, en la medida de lo posible, puedan ser lo más autónomos posibles.
Poner vasos, platos o cubiertos de plástico en un cajón a su altura en la cocina para que puedan poner la mesa o ir a buscar determinado objeto cuando lo necesiten o ponerles una escalera o taburete para que puedan ver lo que se cuece en la encimera de la cocina son algunas de las cosas que podemos hacer para que los y las peques, aprendan de la vida rutinaria, de la realidad, de las cosas que pueden tocar y ver.
Una torre de aprendizaje es una especie de taburete o escalera con barandilla a la que el o la peque puede acceder por sí mismo con la seguridad que proporcionan los límites de las fijaciones superiores.
A modo de balconcillo, los y las peques pueden así observar lo que hace el adulto e incluso participar si le apetece en las tareas de la cocina u otras a las que, por su altura, no tenga acceso.
A partir de los 18 meses aproximadamente los y las peques entran en un período en el que tienen gran interés por imitar al adulto y la torre de aprendizaje, les proporciona esa independencia que les encanta porque les hace sentir mayores. Hay quien prefiere fabricar una torre de aprendizaje casera, ya que no tiene mucho misterio, o quien prefiere comprarla ya hecha. ¿Y tú?
¿Has visto alguna torre de aprendizaje en alguna casa?