¿Y por que no? Aprender a remar una actividad para disfrutar con los peques.
Cualquier ocasión es buena para que nuestros hijos o hijas aprendan nuevas habilidades o conocimientos de nuestra mano. Hace unos días y casi sin planearlo fuimos al Parque de la Ciudadella de Barcelona, donde hay un pequeño (yo lo recordaba mucho más grande, desde la visión de una niña pequeña) lago con barquitas a las que puedes subir para dar un paseo.
La princesa disfrutó con su padre cual Rapunzel en la peli de Enredados con su Flin Rider (Esta frase sólo la van a entender los que tengan niñas de 4 años en adelante…jajaja).
La particular Rapunzel, ataviada con un precioso abrigo rojo de Navidad que contrastaba con el verde de los sauces llorones que envuelven el lago, estaba de cuento aprendiendo a remar y a moverlo y descubriendo el efecto que producía cada uno de sus gestos.
La mayoría de las veces tenemos a nuestro alcance las herramientas para ofrecer nuevos aprendizajes a nuestros pequeños y pequeñas y es sólo darse cuenta, aprender a que suene la alarma en nuestra mente, y hacerlo. Permitirles remar, mojarse bajo la lluvia, ensuciarse, saltar en un charco, jugar con agua en el parque (si no es pleno invierno) y descalzarse y en definitiva VIVIR.
Hay padres y madres que confunden los límites con el decir que NO a todo. Pues bien, NO, lectores y lectoras del Blog de Babymoon, los límites sirven para que los menores aprendan, no simplemente para hacerles la vida imposible. En el caso de la barquita, me imagino otro padre diciéndole, NOOOOO esto son “cosas de grandes”, “te puedes hacer daño”, “a ver si nos vamos a hundir….” …
Sirva este post para recordar QUE: No se hunde nada ni se pierde ninguna batalla por brindarles nuevos aprendizajes, ¡más bien al contrario!
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