Baby-blues. Es así como se conoce en algunos países al estado depresivo de algunas mamás durante el embarazo y después del parto.
Y es que, cada mujer reacciona completamente diferente ante este nuevo reto. Afortunadamente durante mis embarazos no sufrí nunca este “bajón”, y quizás lo he sufrido después de dar a luz, pero se que algunas amigas mías lo han padecido durante los meses del embarazo. Y como dije en otro post, parece que cuando estás embarazada o das a luz no tienes derecho a sentirte triste. Debes ver todo de color de rosa, y sino lo ves…. ¡¡pues te aguantas !!
Según los expertos, no es el futuro bebé, ni los cambios hormonales los que causan miedos, temor o tristeza, sino el contexto alrededor. A veces la mujer no es capaz de gestionar tantos cambios que se avecinan: a nivel social, con la pareja, a nivel laboral, en casa, los físicos como el aumento de peso etc..
Los síntomas el “baby-blues” durante el embarazo son muchos, pero esencialmente algunos son un denominador común: el sentimiento infinito de tristeza, encerrarse uno mismo, hipersensibilidad, angustia, sentirse sola, pensamientos oscuros…
Si alguna de vosotros sufre algún síntoma parecido, es esencial que os vea un profesional en la materia, y sobre todo hablad a vuestro ginecólogo de lo que os sucede. De hecho no esperéis, porque pensar que va a desaparecer después del nacimiento del bebé, es un error. El nacimiento no será la solución al problema. Es más, deberéis atajarlo antes para estar fuertes y equilibradas antes los nuevos cambios que se avecinan después del parto.
Sobre todo y lo más importante, es dar normalidad a estas situaciones. No penséis que estáis locas, o que sois bichos raros. Es mucho más común de lo que la gente cree, pero como he dicho antes, desgraciadamente nuestra sociedad a veces nos empuja a mostrar una imagen de felicidad eterna donde los problemas y las crisis no tienen cabida casi nunca.
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