Bebés adorables pero… tienen sus cosillas

Ante la perspectiva de que un nuevo ser forme parte de la familia, nos invade la ilusión, la felicidad se desborda, nos imaginamos una vida idílica disfrutando del bebé que viene de camino.

bebe adorable

Pero siento ser el vecino que viene a pedir que se corte la música de una fiesta porque, es verdad que son adorables pero también tienen sus cositas que no son tan agradables…

Empezamos con que, los primeros días, recién nacido, hay que darle de comer con una frecuencia matemática para que no tengan una bajada de azúcar. Eso ya supone que nuestros hábitos de sueño anteriores queden tan en el pasado que a veces nos parezca que ni siquiera existieron.

Además, durante cierto tiempo después del parto, el bebé, normalmente irá desprendiéndose de sus primeras deposiciones, el meconio, lo que se ha llamado siempre “la pez”, tan pegajoso que bien podrías creer que estás reviviendo las tareas de recuperación de la playa después de la tragedia del Prestige.

recien nacido

Por supuesto, como no hablan y su única forma de comunicarse en a través del llanto, todo lo piden berreando y llorando. Si lo hacen de manera continua se puede hacer muy pero que muy pesado.

Cuando van creciendo, por lo general, lloran más puntualmente pero también aumenta su inquietud por todo lo que les rodea y cuanta más movilidad aprenden a tener, más difíciles son de controlar. ¡Un bebé de unos ocho kilos en brazos, moviéndose como un poseso en busca de cuanto tiene alrededor puede agotar al más  pintado!

Ese exceso de movilidad es especialmente desesperante cuando le estás adorable bebécambiando. Y si el cambio es en medio de la madrugada, no os quiero contar nada…  Imagino pocos momentos más exasperantes que aquellos en que abres el pañal, que está hasta arriba, y a tu hijo le da por hacer tres movimientos bruscos que dan con sus manitas en el “pastel”. Consigues coger las toallitas a duras penas, limpiarle no sólo el culete sino las manos recién manchadas. Y cuando te las ves felices porque estás a punto de terminar, se retuerce de tal forma (en busca de una musaraña que le ha pasado por detrás de la cabeza) que resulta del todo imposible ponerle el pañal.

Preparaos también a unos riñones a prueba de todo. ¡Porque la cantidad de veces que os tendréis que agachar a por las cosas que tirará serán innumerables!

Aunque todo lo que habéis podido leer en este post es por querer darle un puntito menos bueno a lo que supondrá lo mejor de vuestras vidas. Cuando se te quede dormido en los brazos o te sonría o te busque con la mirada, cuando te eche los brazos porque sólo quiera estar contigo, cuando disfrute a tu lado como tú disfrutes con él, cuando te pase todo eso y muchas cosas más te darás cuenta del tesoro que tienes.

Conclusión:  los bebés son adorables…sin peros.

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Acerca de Javier

Un Padre con la L
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