Seguimos adelante con el tema de si es conveniente o no el uso del chupete en los bebés. Y es que hay muchas opiniones al respecto, aunque es importante centrarnos en las razones que pueden llevar a defender cada una de ellas.
De este modo, en cuanto a las desventajas del uso del chupete en los bebés, podemos destacar que, aunque satisface esa necesidad de succión del pequeño, la forma en la que lo hace con el chupete es diferente a cuando toma el pecho.
Esto puede hacer que tenga dificultades a la hora de la lactancia materna para tomar el pezón, lo que a su vez hará que la mamá tenga cada vez menos leche, ya que, la producción se estimula cuando el pequeño succiona.
Por otro lado, a menudo escuchamos que su uso, especialmente durante un tiempo largo, puede llegar a provocar deformidades de la boca, así como en las fosas nasales.De este modo, puede hacer que se deforme su paladar, entre otras consecuencias, por lo que su salud buco dental se puede ver afectada, especialmente en los casos en que sigan usándolo después de haber cumplido los tres añitos de edad. Asimismo, los especialistas también afirman que puede provocar la aparición de caries, ya que, en el chupete a veces quedan restos de comida.
Asimismo, el hecho de que también afecte a las fosas nasales puede dar lugar a otitis y a obstrucciones en dicha zona. Aun así estas otitis también pueden venir provocadas por la llegada de bacterias. Y es que, con frecuencia, el chupete se cae al suelo, pasa de unas manos a otras, se roza con la ropa… En definitiva puede convertirse en un foco de infección de gravedad para el niño.Además también se pueden provocar accidentes, por ejemplo si se traga alguna parte del chupete cuando están formados por varias piezas, si se hace alguna herida cuando tiene algún saliente o incluso que se les líe al cuello en la cadena en la que suelen ir colgados.
Es importante también controlar la relación del pequeño con este utensilio, ya que, puede crear una dependencia por parte del niño y que cada vez que se queje sus padres pueden caigan en el error de darle automáticamente el chupete. Entonces, aprenderá que si llora se lo dan o que si se queja ahí estará el chupete. De hecho, esto puede influir incluso en que el pequeño acabe teniendo problemas de comunicación, ya que, si cuando llora, se le calla colocándole el chupete, no intentará ni siquiera hacerse entender. Por ello, se recomienda que en torno a los seis meses, cuando el niño se enfade o esté nervioso se sustituya el chupete por otra opción, como un juguetito.
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