Cuando utilizo el término “torpe” no pretendo ni mucho menos hacerlo de forma despectiva pero no podemos negar que cuando un niño tiene problemas de coordinación o cuando es tan tímido que le cuesta acertar en los movimientos es posible que su autoestima se vea perjudicada.
Y eso es lo que se debe evitar, que el niño se sienta mal porque le llaman “torpe”. Un niño no es torpe le etiquetan el término de “torpe” porque es más fácil etiquetar que ayudar a un hijo. Pero la realidad es que no se debe etiquetar a ningún niño por sus capacidades, si no que hay que buscar sus habilidades y potenciarlas al máximo.
Tú puedes ayudar a tu hijo a que se sienta más cómodo en su vida sin necesidad de que se sienta “torpe” en ningún momento. Ayúdale a mejorar sus capacidades, sus aptitudes y la confianza en sí mismo, de esta manera su éxito estará asegurado. En cambio si cometes el error de etiquetar a tu hijo, entonces estarás destruyendo su autoestima.
Una forma de hacerlo es aprovechando todas las oportunidades para ayudar a tu hijo, para que se sienta incluido, para que vea que puede conseguir todo lo que se proponga y en definitiva, para que se sienta importante.
Un niño al que le llaman torpe y si se siente así realmente a causa de las etiquetas, estará luchando física y emocionalmente por mejorar, pero si ve que no lo logra o que su alrededor no le apoya lo suficiente es probable que se retire y no salga nunca de su zona de confort.
Busca actividades para que tu hijo pueda desarrollar (y que le gusten a él) para que se sienta con habilidades y capaz de conseguir aquello que se proponga y que por supuesto, le interesa y le motiva.
Así mismo te aconsejo a que te fijes en cómo tu hijo interactúa con los demás y con el entorno para saber dónde falla o cuáles pueden ser las habilidades que debe potenciar. Una vez que descubras esto podrás saber cómo ayudarle de forma exacta según sus necesidades y sus capacidades.
Intenta que se enfrente a aquellas situaciones que le resultan más complicadas y no dudes en darle consejos para que tu hijo se sienta más confiando y seguro. Por ejemplo si a tu hijo le cuesta hacer amigos, ayúdale dándole consejos de habilidades sociales e incluso haciendo algún teatro en casa para que sepa cómo enfrentarse a esas situaciones cuando se le presenten en el futuro.
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