Consejos sobre alimentación durante el embarazo

Cuando me quedé embarazada, la matrona me dio un librito con información útil durante el embarazo: consejos sobre lactancia, cuidados del recién nacido, ventajas y desventajas de la epidural y tantas otras cosas a tener en cuenta durante el período de gestación.

Recuerdo cuando leía, ojiplática, el capítulo dedicado a la alimentación. Me parecía imposible seguir a rajatabla todas esas recomendaciones, sobre todo porque echaba cuentas y no me salían suficientes comidas a la semana para cumplir con las dos o tres veces que había que comer legumbres, otras tantas pescado, carne, frutas y verduras diarias, que si los huevos, que si el arroz, que si la pasta… Por no hablar del pan. ;)

Al final opté por el sentido común: dieta normal, como la que venía haciendo a diario, sin estar embarazada. Por algo los análisis me habían dado perfectos. Eso sí, aumentando el consumo de fruta y verdura por aquello del estreñimiento; tomando más queso y yogures para que los huesos de mi pequeña se desarrollaran correctamente y teniendo cuidado con el consumo excesivo de grasas saturadas (las hidrogenadas y las trans fuera de la dieta, no solo durante el embarazo) y de azúcar. Algún bollito me comí, lo confieso. ;)

Con lo que sí tuve mucho cuidado fue con la carne, las frutas y verduras crudas, el queso y ciertos tipos de pescado…

Alimentación durante el embarazo

Evita la carne cruda o poco hecha durante el embarazo

Si has tenido la suerte de convivir con una embarazada en tu familia, habrás escuchado eso de: “A mí hazme mucho la carne, que no sangre”. El motivo es que si no se cocina bien puede haber riesgo de que la mujer se infecte con un parásito llamado Toxoplasma gondii, causante de la toxoplasmosis, una enfermedad que en cualquier persona cursaría como un leve catarro pero que puede ser muy peligrosa durante el embarazo.

Lo mismo ocurre en el caso de embutidos, como el delicioso jamón o el chorizo. Hay médicos que aseguran que, si se congela durante al menos 72 horas, el posible parásito que pudiera albergar se muere. Yo, por si las moscas, no caté el jamón hasta que di a luz, momento en el cual me puse morada. El embarazo al final pasa volando y preferí no arriesgar ;)

Lava bien la fruta y la verdura que vayas a tomar cruda

Inevitablemente y necesariamente, hay que comer ciertas verduras crudas. No es plan de cocer la lechuga o el tomate para hacerte una ensalada. Y lo mismo con una manzana o un melocotón. Eso sí, lávalas bien e incluso pélalas para eliminar cualquier parásito. Hay mujeres que recurren a la Amukina, que no es más que lejía diluida.

El queso, pasteurizado

Mira y remira las etiquetas de todo el queso que tomas y asegúrate de que esté hecho con leche pasteurizada. El motivo es evitar que cualquier posibilidad de que ingieras una bacteria denominada listeria, causante de la listeriosis, que puede tener consecuencias muy, muy graves.

Cuidado con los peces grandes

Durante el embarazo, hay que tener cuidado con el consumo de ciertas especies de pescados: los grandes depredadores, como el emperador, el atún rojo, el lucio o el tiburón, pues contienen grandes cantidades de mercurio, lo que puede causar alteraciones en el desarrollo neuronal del feto. Lo mejor es que las evites. Hay otros muchos pescados que están deliciosos, ¿no crees?

En resumen: todo muy bien cocinado y, si no, bien lavado. :)

¿Cómo fue tu alimentación durante el embarazo? ¿Comiste de todo?

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