Tener dos hijos no es lo mismo que tener uno. Nada que ver. No hagáis caso a lo de “uno ata, dos desatan”, porque creo que es un refrán pro-aumento de la natalidad para que no se acabe la especie humana.
Dos hijos dos personitas a las que hay que atender
La cosa parece que puede funcionar si espacias el tiempo entre embarazos, pero nada más lejos de la realidad, ya que, por mucho que se lleven 4 o 5 años, el “mayor” sigue necesitando atención.
De hecho cada vez me doy más cuenta de que los hijos necesitan atención para toda la vida…aunque se trate de distintos tipos de necesidades según la etapa.
Cuando tienes todo tu tiempo para dedicarle a un hijo es todo más relajado porque además, cuando están los/as dos progenitores, son dos adultos para un/a peque.
Cuando tienes que repartir tu tiempo entre dos aparecen los conflictos porque no siempre es compatible la actividad de uno con la del otro…y las necesidades pueden llegar a ser bien distintas si se llevan 5 años como es mi caso.
La clave creo está, en encontrar huequitos de tiempo, pequeñas cápsulas de tiempo compartido con cada uno de los hijos.
Cuando hay escuela, la cosa se complica porque los horarios a veces cortan esas posibilidades de disfrutar de las pequeñas cápsulas compartidas pero ahora que estamos de vacaciones es más fácil encontrar esos pequeños grandes momentos.
Por ejemplo, al mediodía, el peque de 2 años todavía necesita siesta mientras que la mayor de 7 años se niega rotundamente a perder su preciado tiempo para jugar o dibujar así que, es el momento de leer algo bonito con la princesa y practicar así su recién estrenada lectoescritura.
Las necesidades del pequeño hacen que le tengas que dedicar sí o sí más tiempo aunque sea para dormirlo o darle de comer así que de momento las cápsulas del tiempo compartido que encuentro son para la mayor.
Y vosotros/as…¿Cómo os organizáis?
