EL APEGO (segunda parte)

Tipos de Apego

El lazo afectivo empieza a desarrollarse pocos meses después del nacimiento y posee alta probabilidad de mantenerse durante toda la vida. En base a como los individuos responden, en relación a su figura de apego cuando están ansiosos, Ainsworth, Blewar, Waters y Wall, definieron los tres patrones más importantes de apego y las condiciones familiares que los promueven, existiendo el estilo seguro, el ansioso-ambivalente y el evasivo.

Los niños con estilos de apego seguro, son capaces de usar a sus cuidadores como una base de seguridad cuando están angustiados. Ellos tienen cuidadores que son sensibles a sus necesidades, por eso, tienen confianza en que sus figuras de apego estarán disponibles, que responderán y les ayudarán en la adversidad.

En el dominio interpersonal, los niños con apego seguro tienden a ser más cariñosos, estables y con relaciones íntimas satisfactorias.

En el dominio intrapersonal, tienden a ser más positivos, entusiastas, perseverantes en los desafíos y con perspectivas coherentes de sí mismo.

~        Tipo de Relación Parento-filial

Los padres que establecen este tipo de apego con sus hijos, se caracterizan por apoyar emocionalmente a sus hijos, ser claros y consistentes en su sociabilización. Les caracteriza la respuesta que tienen ante las necesidades básicas del niño y sostienen buenas relaciones con sus padres y demás personas de su entorno.

Los niños con estilos de apego evasivo, exhiben un aparente desinterés y desapego a la presencia de sus cuidadores durante períodos de angustia. Estos niños tienen poca confianza en que serán ayudados, poseen inseguridad hacia los demás, miedo a la intimidad y prefieren mantenerse distanciados de los otros.

En el dominio interpersonal, estos niños suelen ser independientes y muestran ansiedad en las relaciones interpersonales y malestar en la intimidad. Además, suelen negar la importancia del apego.

~       Tipo de Relación Parento-filial

Los padres que propician la creación de este tipo de apego, se caracterizan por ser fríos y ausentes con sus hijos. Se centran en la tarea (buscan rendimiento y obediencia en sus hijos), y les ofrecen escaso apoyo emocional. En muchas ocasiones, de pequeños estos padres fueron rechazados por los suyos propios.

Los niños con estilos de apego ansioso-ambivalente, responden a la separación de los padres con angustia intensa y mezclan comportamientos de apego con expresiones de protesta, enojo y resistencia. Debido a la inconsistencia en las habilidades emocionales de sus cuidadores, estos niños no tienen expectativas de confianza, respecto al acceso y respuesta de sus cuidadores.

 

~        Tipo de Relación Parento-filial

Ambivalente/ambivalencia, hace referencia a que el sujeto de apego, por ejemplo, un día está cariñoso con su hijo/a, pero al día siguiente se mostrará frívolo o enfadado. También, que un día el niño diga una palabrota y su sujeto de apego le ría la gracia, pero al día siguiente, si lo hace delante de otra persona el niño será regañado y castigado. Por lo tanto, el niño no se siente seguro para explorar el medio por sí mismo ya que necesita de su sujeto de apego, pero tampoco sabe cuándo puede acercarse a él ante esa ambivalencia.

 

Diferencias entre los 3 tipos de apegos ante la situación extraña

El método de evaluación más conocido del apego es la situación extraña. Dicho método fue desarrollado en los años 1960 por Mary D. Salter Ainsworth para estudiar las separaciones del niño y su figura de apego. Ya que en las separaciones es donde mejor se aprecia la calidad del apego.

La situación extraña consiste en una secuencia de acontecimientos que ocurren durante media hora aproximadamente. Durante este tiempo la figura de apoyo (normalmente la madre) deja en varias ocasiones al bebé en una habitación desconocida para él, solo o  junto con un extraño. Entonces la madre anima al bebé a explorar y jugar con los juguetes de la habitación, y si es necesario, lo tranquiliza. La respuesta que dan los bebés, cada vez que la madre regresa es de primordial importancia. Ya que es lo que permite a esta autora observar que las respuestas de los bebés eran muy diferentes en función del estilo de apego.

~        En el caso de los bebés con un estilo de apego seguro, encontraron que en presencia de la figura de apoyo, éstos exploraban el ambiente. Y que lloraban y protestaban cuando la madre se iba, pero se ponían contentos cuando ésta regresaba.

~        Sin embargo, los bebés con un estilo de apego evasivo casi nunca lloraban cuando la figura de apoyo se iba, y la evitaban cuando esta regresaba. Estos niños tienden a mostrarse enojados, y cuando la necesitan no la buscan.

~        En el caso de los bebés con un apego ambivalente, se siente ansiosos aún estando la figura de apoyo presente y se ponen aún más, cuando ésta deja la habitación. Cuando regresa, los pequeños demuestran su ambivalencia al buscar el contacto con ella; al mismo tiempo se resisten por medio de pataletas o retorciéndose. Estos bebés exploran poco y son muy difíciles de tranquilizar en ausencia de la figura de apego.

avatar

Acerca de Judit

Psicóloga
Esta entrada fue publicada en Bebés, Educación. Guarda el enlace permanente.

4 respuestas a EL APEGO (segunda parte)

  1. avatar Marieta dijo:

    Muy bueno. Y muy recomendable para los que tienen niños. Por cierto, me encanta la foto del encabezamiento.

    • avatar Judit dijo:

      Buenos días Marieta, me alegro de que te estén gustando tanto el contenido como las ilustraciones de los comentarios. Estoy muy de acuerdo contigo en el interés del tema, ya que la calidad del vínculo con nuestros hijos, como se comenta en el texto, tiene importantes repercusiones a corto y largo plazo. Por ello, creo que es importante que los padres conozcamos esta información para poder actuar en consecuencia.
      Muchas gracias por tu interés, espero que los próximos comentarios te sigan resultando igual de interesantes.
      Un saludo.
      Judit.

  2. avatar Elena dijo:

    Una vez más, mostrarme encantada con esta publicación, la verdad es que me siento “engancahda” y con ganas de saber posibles reacciones de los niños;
    hay veces que puede surgir la duda y tecnicamnete es complejo poder decidir donde esta el limite del apego…, es decir…:
    puede darse también el caso en el que el niño se sienta muy apegado y crezca con excesiva dependencia de los padres…¿¿?? donde esta el limite??
    eso puede ser tanto un problema como el mostrarse totalmente despegado de los padres;
    la verdad es que todas estas cosas que comentais son las que van forjando luego el caracter de los niñ@s y nos resultais de mucha ayuda con vuestros consejos.

    Espero sigais trabajando en esta linea.
    Muchas gracias!!!!

    • avatar Judit dijo:

      Buenas tardes Elena.
      Como bien dices, teóricamente es muy fácil distinguir los tres tipos de apego y marcar las diferencias entre unos y otros, pero es cierto que en la práctica no es tan sencillo y no suele ajustarse tanto a la teoría. En todo caso, en genarl, el tipo de aapego de los niños, si suele enmarcarse más en un tipo que en otro, aunque puede resultar difícil identificarlo. Por eso os pongo estos comentarios, con el fin de que os den una pista sobre las cosas que hacéis bien y aquellas que podéis mejorar en el establecimiento de un buen lazo afectivo. Para que seais vosotros, los que a través de vuestras conductas, podáis en la medida de lo posible (sin olvidar la dificultad que conlleva ser padres) elegir cómo crear el lazo afectivo con ellos.
      Por otro lado es cierto que por ejemplo en las características de los padres para propiciar el establecimiento de un apego seguro, cuando digo atender a las necesidades de los niños, puede ser difícil encontrar el punto medio entre atenderle o no. Imaginemos que el niño está llorando porque quiere que le cojamos, supongo que ante esa situación se plantea la duda de ¿lo cojo, o no lo cojo? ¿Si no lo cojo fomentaré un estilo de apego evasivo? Pues como todo hay puntos medios, y formas. No se trata sólo de cogerle o no, sino de otras conductas que también intervienen en el lazo afectivo. Pues a lo mejor, dependiendo de la edad le puedes explicar que tiene que ir andando, o le puedes decir vas andando hasta tal sitio y luego te cojo (HACER UN TRATO CON ÉL), o mejor aún, inventarte un juego en ese momento para distraerle y así intentar que olvide esa petición sin que el niño se sienta mal. Es cierto que no le estás cogiendo, pero le estás atendiendo y no estás pasando de él. Sino que con esas conductas buscarías también poner un límite.
      Aún así en los próximos días hablaré más sobre los diferentes estilos educativos y la importancia de los límites.

      Muchísimas gracias por tu comentario, espero haber respondido a tus dudas.

      Un saludo,

      Judit.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>