A mi hija mayor le compré el cepillo de dientes a los dos años. En el mercado podéis encontrar cepillos de dientes específicos para niños e incluso para bebés, en definitiva, para la higiene de los primeros dientes. Incluso los, y en mi caso la dentista/s, recomiendan pasar una gasa después de las comidas para conservar el estado de los dientes de leche en los bebés.
A mi segundo hijo le he comprado el cepillo de dientes con un año.No pretendo que se cepille los dientes él solito, pero sí que se vaya acostumbrando a la textura y a la rutina de la higiene bucal.
Cuando me lavo los dientes, normalmente me lo llevo conmigo en brazos y desde el principio la actividad ha resultado un divertido juego. Me lo llevo conmigo por una cuestión de funcionalidad y seguridad. Habrá personas que no comprendan porqué las madres hacemos la mayoría de nuestras necesidades con nuestros hijos… No es una cuestión de gusto o preferencias, es una cuestión de necesidad. Si estás sola en casa con un bebé y necesitas ducharte, hacer pis o lavarte los dientes…O lo haces con el bebé o lo dejas en la cuna llorando y lo haces deprisa y corriendo con los nervios a flor de piel. Como en mi caso, y creo que en el de muchas otras madres, en mi cuerpo se activa una alarma que me pone muy nerviosa cuando oigo llorar a un bebé…prefiero hacer las cosas con él. Y como de todo se saca una parte positiva, pues de lavarme los dientes con mi hijo no iba a ser menos.
Volviendo al tema del cepillo…Al principio el bebé simplemente observaba cómo yo lavaba mis dientes y se reía. Después quiso participar ayudando a mover mi cepillo y ahora cada vez que yo me lavo mis dientes le doy a él el suyo y poco a poco ha ido perdiendo el asco a la textura y lo maneja con más soltura, intentando cepillar sus cuatro dientecillos.
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