El chupete es un utensilio de puericultura muy práctico que nos salva la vida en muchas ocasiones. Calma al bebé cuando tiene hambre, cuando le duelen los dientes y si necesitamos unos minutos de tranquilidad, ponemos el chupete al bebé y .. ..chass ¡El silencio y el orden vuelven a la casa..!
Se que ahora hay muchas corrientes “ naturalistas” que acostumbran a decir que es mejor no poner chupete, (aunque el niño se desgañite llorando desde los primeros días en el hospital). Pero mi experiencia, es que los niños que no tienen chupete, a la larga acaban o chupándose el dedo o mordiendo un muñeco, o enganchados a morder otro objeto.
También es cierto que el abuso del chupete, puede causar deformaciones en el paladar, la mordida e incluso ser el causante de otitis medias de los bebés. Pero a pesar de todo esto, desde mi experiencia de madre de dos niñas pequeñas, el chupete es quizás el utensilio mejor de todos los existentes en puericultura.
Pero como todo en la vida, tiene sus pros y sus contras. Recomiendan retirar el chupete a los dos años y el caso es que nosotros por hache o por b, hemos llegado a los 3 añitos. Ahora estamos intentando “ desenganchar “ del chupete a nuestra hija y la pobre sufre claramente un síndrome de abstinencia.
Aquí os dejo algunos truquitos que podéis emplear para explicarles y convencer a los pequeños de porqué dejar de usar el chupete :
- Hablar con el niño para convencerle de que ya es mayor y así nadie pensará que es un bebé.
- El chupete puede darse como ofrenda a Papá Noel, los Reyes Magos, los duendes, el gato del vecino, un pájaro…, casi siempre a cambio de un regalito, por ser mayor.
- Hacer una buena a acción y regalar el chupete a un bebé que lo necesita más.
- El día e su cumple decirle que el ya puede tirarlo a la basura o retirarlo a modo de ritual.
- Otros recortan la punta con tijeras un poquito cada día y así al niño le resulta muy incómodo y se supone que el solo no lo querrá.
En resumen, lo importante es que una vez que hayáis decidido retirar el chupete, nunca nunca, por muy mal que lo pase, volváis a ponérselo. Y aunque nos esta costando mucho retirarlo con la nuestra hija mayor, en mi caso personal sigo usándolo con la segunda niña de un añito. Para mi tiene más pros que contras, a fin de cuentas…
Pero como se suele decir… para gustos, los colores 
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