Ya sé que puede sonar muy típico lo de que los y las peques son esponjas, que los padres/madres y en general el adulto de referencia sirve como modelo a copiar pero es que es posible que no seamos conscientes de hasta qué punto ocurre esto.
Ya no es sólo en cuestión de modales o educación sino que así como actúen los adultos, afectará en los peques hasta en la misma forma de vivir.
Intentemos que nuestros/as peques no se limiten a repetir patrones sin cuestionarse si es realmente lo que quieren hacer con su vida.
Es la misma actitud de los progenitores la que los y las peques absorben muchas veces como propia pudiendo no ser cuestionada hasta que sean adultos.
¿No os ha pasado que a raíz de ser madres/padres es cuando os habéis planteado realmente vuestra forma de crianza en comparación con la de vuestros padres? Aquí pueden ocurrir dos cosas: que eduquemos a nuestros hijos a imagen y semejanza de cómo nuestros padres hicieron con nosotros o todo lo contrario, que intentemos alejarnos de la crianza de hace 30 años y planteemos nuevos retos, pero para ello tenemos que estar dispuest@s muchas veces en ir a contra corriente de opiniones y consejos varios, incluso de la familia más cercana.
Escúchate a tí mism@, es el único consejo que puedo darle a los nuevos padres y a las nuevas madres.
De la misma forma que si tenemos cerca una persona negativa, que en todo encuentra problemas y para el que todo es imposible, acabará por ahogar nuestros planes e ilusiones de futuro o de crear algo, una persona positiva, con ganas de hacer y como digo yo, de arreglar el mundo, contagiará buena energía y predisposición a hacer todo lo que el o la peque se proponga.
¿Por qué no? ¿Por qué no puede ser el peque lo que se proponga? (Y con lo que se proponga estaría bien que fuera con lo que disfruta, con lo que realmente sienta pasión, sea bombero, piloto de avión o voluntario en una ONG).
No es suficiente con QUERER, hay que HACER.
