Aunque aún no estamos en pleno verano, ya hace calor como si estuviéramos, y la piscina lleva ya abierta varios días aunque sólo desde hace unos pocos venimos disfrutando de nuestro enano.
A decir verdad, de la piscina propiamente dicha ha disfrutado poco todavía pero no me puedo imaginar cómo se sentirá cuando le metamos en el agua, con lo que le gusta, simplemente viéndole gozar caminando por el césped, arrancando hierba, cogiendo trozos sueltos de corteza de los árboles, jugando con la pelota o con un cubo que le hemos regalado…
Ayer, con su paso todavía inseguro, se embalaba hacia el borde de la piscina, tanto que tuvimos que salir un par de veces tras él y no despacio, precisamente.
Una vez allí, y muy bien agarrado, dejábamos que tocara el agua (por supuesto, se lo llevaba a la boca pero qué le vamos a hacer…) y su cara lo decía to0do. Igual que cuando se queda mirando fijamente a otros niños jugando dentro de la piscina.
Está claro que le tenemos que meter en la piscina pero, primero, ya nos dijo la enfermera que meter a un niño tan pequeño y tenerle “a remojo” mucho tiempo no es bueno así que, moderación.
Y, segundo, como le pregunté a mi mujer. ¿Qué hacemos con el pañal? Porque, creo yo, es bastante probable que, por la emoción y por el cambio de medio, el nene le dé por hacerse pis encima nada más entrar. Y ni quiero pensar si le da por hacer algo más…
Entonces mi mujer, sabia ella, me dijo que seguro que había en el mercado pañales para la piscina. Y me he puesto a buscar y, ¡¡¡los hay!!!
Los hay de “marca” (Dodot y Huggies son los más nombrados) pero también de “marca blanca” (Alcampo, Mercadona, incluso, Imaginarium, lo que no ha dejado de sorprenderme…).
En teoría, los de “marca” anuncian que se suben y se bajan como un bañador (con lo que son muy cómodos), que se adaptan perfectamente al nene, no molestan y, muy importante, no se hinchan con el agua de la piscina.
Todo esto, que parece tan complicado de conseguir en un pañal para un neófito, parece que sólo lo pudiera conseguir la investigación de los fabricantes “importantes”. Pero, por los comentarios en la red de los usuarios, las “marcas blancas” funcionan igual de bien. Es lógico porque las “marcas blancas”, por lo general (ya sea en pañales o en neumáticos de coche), las hacen fabricantes contrastados también. Así que todo se reduce a una cuestión de gusto y de adaptación del peque. En vuestras manos está que el divertimento en la piscina sea completo y sin contratiempos.
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