A los niños con mucha energía les encanta saltar, trepar, cantar, moverse y se caen, se hacen rasguños… y siguen corriendo, saltando, jugando y disfrutando de toda la energía que tienen en su interior.
Los niños con mucha energía siempre que están despiertos prefieren estar en constante movimiento. Mantenerse al día con un hijo con estas características puede ser agotador, sobre todo si trabajas en casa o si llegas muy cansado a casa de tu jornada laboral.
Pero como mamá de un niño con mucha energía, te voy a dar algunas estrategias de crianza para que tus hijos puedan gastar sus energías y tú muchas sentirte bien al respecto.
Su gran energía
Su alto nivel de energía es parte del temperamento del niño por lo que nunca debes tratar de convencerlo de que sea menos activo. Intentar convencer a un niño de gran energía para pasar el día pintando, jugando a puzzles o que esté sentado, no es eficaz, te sentirás frustrado y además le estarás reprimiendo.
Concéntrate en canalizar la energía de tu hijo en actividades que sean productivas y que le interesen a tu hijo. Dale oportunidades para el juego al aire libre, para que haga ejercicio tanto fuera como dentro de casa… todos los días.
Una dieta saludable
La dieta de un niño es muy importante para su comportamiento. Igual que nos pasa a los adultos, si no mantenemos una buena dieta nos podemos sentir desmotivados, cansados, irritables… o demasiado enérgicos. Los niños con mucha energía no deben tomar bebidas energéticas, ni con aditivos ni tampoco con cafeína porque les puede poner más nerviosos y perjudicar su comportamiento habitual.
Asegúrate de que tu hijo está recibiendo la nutrición adecuada y que le puede ayudar a manejar su comportamiento y a estar mejor emocionalmente.
Ten unas expectativas realistas en cuanto a tu hijo
Tener un niño con mucha energía de cuatro años y querer que esté sentado, quieto y sonriente durante una larga sesión de fotos, no es ser realista. Igualmente, un niño de 5 años con mucha energía es probable que tenga que luchar consigo mismo para poder controlar su comportamiento durante la visita a algún familiar en e hospital o en su casa.
Es importante que desarrolles expectativas realistas y apropiadas a la edad de tu hijo. Puedes darle la oportunidad a tu hijo de practicar el silencio para aprender estas habilidades. Crea oportunidades para que tu hijo practique su comportamiento apropiadamente según las circunstancias, pero recuerda… siendo realista.
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