La grafomotricidad entendida dentro de la parte didáctica ofrece la posibilidad de organizar las producciones gráficas del bebé/niño/a a partir de la construcción de sus procesos simbólicos internos.
Es importante ofrecer medios y herramientas para que el o la peque pueda expresarse a través de la grafomotricidad, aunque a simple vista, os parezca que lo único que hace son garabatos.
Los garabatos en sí son importantes e indican una etapa del proceso grafomotor según la edad del bebé/niño.
Los y las peques pasan por distintas etapas de maduración en la etapa relacionada con la grafomotricidad que pueden distinguirse por la presión que ejercen por ejemplo en el lápiz o cera o material con el que estén trabajando.
La principal motivación de los y las peques durante el segundo año de vida es el movimiento del brazo y de la mano que suele ser rápido y impulsivo para poco a poco perder ese ímpetu en el trazo y aprender a relajar el impulso entre el segundo y tercer año de vida.
Según el profesor de educación artística Victor Lowenfeld, y tal y como desarrolla en su obra “Desarrollo de la capacidad creadora” existen distintas etapas evolutivas relacionadas con la grafomotricidad: la etapa del garabato y la de la preesquemática.
Podéis proporcionar a los peques distintos materiales y distintas superfícies para que experimenten tanto el trazo vertical (en una pizarra o colgando una cartulina en la pared) como el horizontal (enganchando un gran papel en el suelo o sobre la mesa).
A nosotros de tanto en tanto nos gusta pintar con pinceles, con las manos, con utensilios de cocina…
Seguro que en casa tenemos material de sobras para practicar y crear unos bonitos garabatos
Si queréis hacer vuestras propias pinturas, recordad el post en el que os hablaba de ello:
¿Pintamos?