Las rutinas son de una gran importancia en la vida de vuestro bebé por varias razones.
Una de ellas, no sé si la principal pero sí de gran importancia, es la que os afecta a vosotros. Porque cuanto más acostumbrado esté vuestro hijo a las rutinas, más cómoda será vuestra vida como padres, tanto en los momentos en que estéis con vuestro hijo como en aquellos en los que ya esté durmiendo y os deje vuestro espacio.
Nosotros con nuestro hijo de casi quince meses vemos que ciertas rutinas funcionan.
Eso sí, suponen una labor, como digo yo, de bajar a la mina todos los días y picar piedra.
Porque el niño no se acostumbra a una pauta desde el primer momento. Primero porque no asimila tan rápido; segundo porque puede sacar su lado rebelde que tenderá a oponerse a que se le fijen normas.
Sin embargo, al final, se acostumbrará tanto a ellas que las echará de menos si, por cualquier motivo, se desvía su pequeña vida de esas rutinas.
Un ejemplo claro de la gran importancia de seguir unas rutinas lo vemos en nuestro bebé.
Él suele cenar para dormirse entre las ocho y las ocho y media de la tarde. A partir de esa franja horaria, ya empieza a chasquear los labios pidiendo su comida y a frotarse los ojos porque también asimila que después de la “manduca” viene la cuna.
Además, también sabe que primero va el plato de sólido y luego el bibe de leche con cereales. Pero no perdona un buen trago del biberón de agua antes del de cereales. Todo un ritual que, a medias entre lo que le hemos inculcado y lo que nos ha demandado, hemos ido formando entre todos.
Pues bien, si por cualquier causa (ya sea que volvemos de un viaje o de hacer la compra y se nos ha hecho tarde) nos desviamos de su rutina de cena-biberón-dormir y en el espacio de tiempo apropiado, lo nota tanto que se vuelve irascible, protestón, lloroso y quejicoso. Y no creáis que las rutinas se aplican sólo a las comidas.
También es bueno crearse la que le venga bien a cada uno en los baños, los cambios de pañal, el despertar para ir a la guarde…
Todas las rutinas, además de facilitar la vida de todos, la convivencia dentro de la familia, le van a ayudar al niño desde que empieza a entender las cosas, que vivimos en un entorno en el que hay límites y normas y cuanto antes lo entienda, antes lo respetará y más integrado se sentirá con su mundo.
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