Hace tiempo leí que de los 0 a los 6 años y especialmente de los 0 a los 3 años, los y las bebés que escuchan otros idiomas con otros fonemas distintos a los de la lengua propia, pueden absorberlos de tal manera que en el futuro les sea más fácil su pronunciación al aprender ése idioma.
Con mi hija mayor pensé que una forma de llevar esta tarea a cabo era a través de la música, así que en casa pusimos además de la música tradicional catalana y castellana, algunos cd’s en inglés y en alemán. No digo que le pongáis chino o japonés (o tal vez sí, quien sabe…), pero creo que daño no les puede hacer ya que además la música, según especialistas puede variar incluso el cerebro.
El doctor en neurociencia, músico y psicólogo, neurobiólogo y sociólogo Stefan Koelsch, describió la superposición del lenguaje y la música, ya que según él ambos comparten la misma red, especializándose en los extremos. El cerebro, especialmente el infantil, según el doctor Koelsch, no distingue entre música y lenguaje. Los bebés aprenden las palabras a través de la musicalidad en la que las pronunciamos. (Esto me hace recordar cómo mi prima cómicamente les decía a sus hijos que los iba a tirar por la ventana con un tono tan enternecedor, que parecía que les estaba haciendo una declaración de amor eterno…).
Los niños y niñas que reciben estimulación musical aprenden de una forma más rápida el funcionamiento del lenguaje, los matices, la sintaxis o la habilidad de escucha.
Así que ya sabéis, si no sabéis qué tipo de música escoger, algún día podéis cambiar el Miliki por alguna canción de las que nos brindan en esta página Web de “Living Montessori Now”
Tenéis además algunos vídeos de youtube por si queréis trabajar alguna canción en especial con el fin de hacerla más comprensible.
Para aprender idiomas ¡A cantar se ha dicho!
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