El próximo sábado adelantaremos nuestros relojes. ¿O atrasaremos? ¡Bah, nunca me aclaro! Lo único que sé es que la noche del 24 al 25 de octubre dormiremos una hora más, porque a las 3 a.m. deberemos adelantar el reloj 60 minutos. Por consiguiente, a las 3 a.m. serán las 2 a.m. Así diremos “hola” al horario de invierno.
Con el horario de invierno: días más cortos
A partir de entonces, notaremos cómo las horas de luz se van acortando más y más. Si ahora anochece en torno a las 20 horas, en unos días será noche cerrada sobre las 19, o incluso antes. Hasta llegar al solsticio de invierno, el día más corto del año: el 21 de diciembre.
Se avecina una temporada triste para muchos, en la que las sombras, el frío y la lluvia nos obligarán a permanecer más tiempo en casa.
¿Qué repercusión tiene el cambio horario en los hábitos de los niños?
Con tal panorama, a los padres nos toca reestructurar un poco los horarios, como ocurre cuando llega el verano. Es el momento de establecer nuevas rutinas. ¿Preparados?
A quien madruga, el día le cunde más
Es necesario aprovechar mejor las horas de luz y sol, cuando tengamos la suerte de verlo. Y, para ello, debemos levantarnos antes. Nada de dormir hasta las 9 o las 10, porque entonces, todo se nos trastocará.
A desayunar prontito y todo irá mejor
La importancia de un desayuno tempranero en invierno radica en que los niños han de llegar con la suficiente hambre a la hora del almuerzo, que podremos adelantar unos 30 minutos o incluso una hora. Así la siesta también se la echarán antes y cuando se levanten, será el momento de bajar al parque o a dar un paseo.
Hay que salir con el solecito
Si en verano no podíamos poner un pie fuera de casa hasta las 7 de la tarde por lo menos, en invierno la hora apropiada para bajar serán las 5 o incluso antes. Porque el sol se pondrá pronto y hay que aprovechar un rato sus rayos. Además, ¿no te parece súper agradable pasear bajo el sol de invierno? A mí me entra hasta sueño con el calorcito.
A las 10 en la cama estés. Y si es antes, mejor que después
En consecuencia, el momento del baño y la cena se adelantará. Y apetecerá lo de irse a la cama o la cuna más prontito. Estarán más cansados por haber madrugado.
En fin, se acerca el invierno. Es inevitable e irremediable. Pongamos buena cara al mal tiempo y disfrutemos de las cosas buenas de esta estación, que las hay.
¿Qué tal te apañas con los niños en invierno? ¿Qué estación prefieres?
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Una respuesta a Invierno y cambio de hora: nuevas rutinas, también para los peques