La mujer embaraza ¿Qué cambios se producen en la mujer durante el embarazo?
Todos recordamos cuando conocimos a nuestras parejas. Nos gustaron sus ojos, sus labios, su cara o cualquier otro aspecto físico (o todos), nos embrujó su risa, nos cautivó su sentido del humor, nos enamoró su forma de ser, su inteligencia, su capacidad para sacar adelante la vida sin esfuerzo. Pero, y esto es un hecho, nos quedamos prendados de una mujer sin hijos que es distinta a la que acaba de tener un bebé. No es mejor ni peor pero, sin duda, es diferente. Es más, habrá aspectos de esa “nueva mujer” con los que no soñasteis y que os encantarán.
Ese cambio mágico lo producen nueve meses, cuarenta semanas. Fijaos cómo un lapso de tiempo tan corto puede marcar toda una vida. La explicación se puede obtener echando un vistazo a los cambios, enormes, bruscos, inimaginables antes del embarazo, que se producen en todas las mujeres.
Algo que me llamó poderosamente la atención es que el útero aumenta entre 500 y 1000 veces su tamaño original ¡y sin generación de células nuevas, todo a base de hidratación de las existentes! Es decir, pasa de ser una mandarina al tamaño evidente en los últimos días del embarazo sólo a base de hidratación generada por el propio cuerpo de la mujer. Igual que crece el útero, imaginaos la elasticidad de la piel, que tiene que adaptarse al crecimiento paulatino del bebé.
Por supuesto, el pecho también crece, aumenta la pigmentación en la zona del pezón, aumenta la sudoración, el consumo de oxígeno, la curvatura lumbodorsal por el aumento del tamaño del útero, aumenta la pesadez de piernas, la retención de líquidos, aumenta el peso…
Todo parece crecer a la par que el bebé.
Y tanto crecimiento produce circunstancias inverosímiles en la mujer embarazada (¡para que veamos lo que tiene que pasar!). El corazón se desplaza a la izquierda y hacia arriba, aumenta el flujo sanguíneo y aparece la anemia fisiológica del embarazo, el diafragma también se desplaza y se ensanchan las costillas por lo que hasta la forma de respirar es distinta en una mujer embarazada.
Y por si fueran pocos los cambios físicos en la mujer embarazada (de los que no he descrito más que una mínima parte), tenemos una serie de cambios psicológicos producidos por nuestra queridas hormonas que harán que tu pareja pueda tener problemas de aceptación de su estado, dudas sobre el bebé que va a venir, inseguridades y un sinfín de situaciones muchas veces no esperadas.
La receta milagrosa para superar los posibles problemas que pueden surgir no existe. Yo no paraba de decirla lo guapa que estaba (que lo están) y que es maravilloso cómo da todo lo mejor que tiene por traer una vida a este mundo. La mujer que ha quedado (como si se tratara de la metamorfosis de larva a mariposa) es mucho más plena, más persona, más completa. Uno se da cuenta que todos los cambios drásticos sufridos han merecido la pena.
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