Llevamos dos o tres días que a nuestra hija le cuesta coger el sueño. Cuando la echamos 
en la cuna empieza a hacer la croqueta como una loca de un alado para otro y no consigue quedarse dormida.
Hemos intentado dormirla en brazos pero, además de que ya pesa ocho kilos y la espalda lo nota, no nos da miedo que se acostumbre a dormir en brazos y que se convierta en una rutina, con todo lo que conlleva.
Así que dando vueltas a la cabeza, se nos ha ocurrido intentarlo con masajes. Hemos pensado que si después del baño y de cenar la damos un masajito, se relajará más y podrá conciliar el sueño más fácilmente y descansar mejor.
Bueno, pues buscando información sobre masajes para bebés, he dado con un libro que me ha parecido muy interesante y con el que me quiero hacer cuanto antes. Se llama ¿Te acaricio el alma? Recursos para el masaje infantil desde una experiencia familiar, y su autora es la presidenta de la Asociación de Masaje Infantil de Castilla y León, Mari Paz García Sola.
Se trata de un libro con propuestas para masajes con el que la autora pretende compartir recursos de estar por casa que ella misma ha probado que funcionan con sus hijas para poder acercarnos a los niños desde otro ángulo y dar a conocer los beneficios del masaje infantil.
Dice la autora en una entrevista que cada familia tiene que descubrir sus propios beneficios, pero que el principal de todos es la relajación.
En bebés, por ejemplo, ayuda a calmar la ansiedad diaria de conocer el mundo nuevo, de explorar.
Con un masaje, se tranquilizan, porque nuestras manos actúan como una placenta externa de contención, que les da seguridad y confianza.
El masaje, además, crea un vínculo especial entre el bebé y sus padres. Según Mari Paz, esto se debe a que hasta los 12 años conocemos el mundo más desde lo corporal.
Por ejemplo, si a un niño le dices que no haga algo tocándole, te hará más caso que si se lo dices sólo de palabra. Porque es consciente de que se le está poniendo un límite con la mano.
O un ejemplo más claro. Si yo le digo que le quiero muchas veces, él niño sabe que le quiero, pero si le abrazo y le acaricio, le transmitiré mejor el amor que si se lo digo sólo de palabra. Pues lo mismo ocurre con los masajes.
A través de las manos se puede transmitir al bebé lo que se siente. Las palabras llegan, pero el tacto mucho más.
El libro está estructurado de tal manera que cada familia podrá ir descubriendo los recursos que posee en casa.
Incluye un cd con canciones y poesías específicas para masajear cada parte del cuerpo. Pero son simplemente propuestas, ya que cada familia puede emplearlas como mejor le convenga amoldándolas a sus necesidades, dice la autora.
Por ejemplo, para calentar las manos para dar un masaje a un bebé, basta con frotarlas.
El bebé asocia el sonido y poco a poco, cuando lo oiga, se irá preparando para lo que viene después: su masaje relajante.
Sin embargo, los niños más grandes necesitan que vayamos más allá. Para ellos se han creado estas canciones, para que vayan introduciéndose poco a poco en la dinámica del masaje.
Esta, “Dame un abracito”, es precisamente para eso, para calentar las manos.
Lo que os he contado, es un breve resumen de lo que la autora cuenta sorbe su libro en una entrevista que le hicieron en la televisión de Zamora. Os dejo también el vídeo, por si queréis escucharlo de primera mano.
Pues eso, que en cuanto consiga el libro, probaré, a ver qué tal con mi pequeñina. Ya os contaré cómo nos va…
¿Vosotros dais masajes a vuestros hijos?
¿Qué métodos usáis?
¿Tenéis alguna guía o libro por el que os guiéis?
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