El otro día comentaba con una amiga sobre la idoneidad o no de recibir masajes durante el embarazo. La pareja de mi amiga, feliz como una perdiz porque han decidido aventurarse en el maravilloso mundo de la maternidad/paternidad, le decía lo mucho que la iba a mimar incluso con masajes.
Cuidado papis que queréis hacer un bien a las futuras madres de vuestros hijos e hijas…los masajes son algo positivo pero en el estado de gestación hay que ir con cierta cautela.
Masajes durante el Embarazo
En el embarazo los masajes están contraindicados durante el primer trimestre, que es el más delicado tanto para el bebé como para la mamá, ya que el cuerpo de ésta debe sufrir grandes cambios para albergar esa nueva vida en su interior.
Una vez superado el primer trimestre, las mujeres embarazadas podéis recibir masajes que permitirán crear un ambiente relajado y aliviar dolores en el caso de ciáticas o problemas de espalda.
En mi primer embarazo tuve que dejar las sesiones de osteopatía a las que estaba acudiendo por un dolor de cervicales según la recomendación del propio osteópata y tuve que retomar los masajes de un fisioterapeuta especializado en mujeres embarazadas durante las últimas semanas ya que el dolor de ciática estaba acabando conmigo y apenas me dejaba caminar.
Uno de los masajes estrella durante el embarazo es el que se aconseja realizar en la zona del perineo durante las últimas semanas, con la finalidad de dar mayor elasticidad a la zona por la que deberá pasar el bebé, evitando así la dichosa episiotomía o corte que realizan algunos/as ginecólogos/as para evitar el desgarramiento.
El drenaje linfático es un tipo de masaje muy suave que también puede ayudar a las embarazadas durante las últimas semanas para aliviar la hinchazón que en ocasiones provoca la retención de líquidos.
¿Y a vosotras? ¿Os gustan los masajes?
