Me van a inducir el parto. ¿En qué consiste eso?

Hay dos formas de ponerse de parto, la espontánea y la inducida. Si te pones espontáneamente de parto, comienzas tú sola con las contracciones, que hacen que se madure el cuello del útero y comiences la dilatación. Hablamos de que se ha empezado el trabajo de parto cuando has llegado a dilatar unos 3-4 cm, el cuello está acortado más de la mitad y tienes un ritmo regular de contracciones. Si ocurre esto, has empezado el parto espontáneamente.

Por otro lado puede ocurrir que se tenga que inducir el parto, porque por determinadas razones, se ha decidido que es  mejor finalizar el embarazo para ti y para tu bebé. En este caso hay que provocar estas contracciones, para poder madurar el cuello y que comience la dilatación.

Pues bien, ¿qué causas pueden hacer que se tenga que inducir mi parto?

Preeclampsia (aumento de Tensión arterial en la madre, lo que conlleva otros procesos que pueden hacer que apeligre la vida de la madre y del bebé)

Rotura  de bolsa: si la bolsa se rompe y han pasado más de 12/ 24 horas (depende del protocolo del hospital) y no has iniciado el parto espontáneamente.

Evitar embarazo prolongado: cuando el embarazo se acerca a la semana 42, y tú no tienes signos de inicio del parto. En este momento el bebé está más que preparado para salir y es momento de achucharle un poco.

Estas son las principales razones de inducir un parto, pero hay otras muchas que pueden hacer que sea preferible terminar el embarazo: enfermedades de la madre (diabetes gestacional  en algunos casos, coriamnionitis, que es la infección de las membranas de la bolsa y el Líquido amniótico que hay dentro, etc).

En cualquier caso el médico le explicará si tu situación, en cualquier momento, requiere que se tenga que provocar el parto.

Si te enfrentas a una inducción, mi primer consejo es tener paciencia y no mirar el reloj. Asimila que puede ser larga la espera, y alégrate si al final resulta ser más corta de lo previsto. Nunca se sabe cómo va a responder de rápido tu cuerpo a la inducción, y hay casos de todo tipo, así que, preferible es tomárselo con tranquilidad y lo mejor posible que se pueda, al fin y al cabo, ¡ya mismo tendrás a tu bebé contigo! Mi segundo consejo es que los periodos que no tengas dolor o este sea llevadero, descanses, y te tomes también tu tiempo para dar paseos si tu situación te lo permite, y así estimular las contracciones. Y el tercero, que aunque es difícil, te mantengas lo más tranquila posible, el estrés hace que segregues adrenalina, y esta juega en contra de la oxitocina ( necesaria para la dilatación) así que, si tener muchas personas en la habitación del hospital te pone nerviosa, háblalo con ellos. Es un momento de vuestra pareja, tu bebé y tú, que sois los principales en esto. Habrá mucho de tiempo de “achuchar” al nuevo miembro de la familia después.

 

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