Hace un tiempo ya os conté algo sobre la escarlatina en esta entrada.
La escarlatina es una faringoamigdalitis causada por la bacteria estreptococo que tiene la peculiaridad que es capaz de producir una toxina que causa lesiones en la piel.
Hoy en día y aunque suene a algo muy grave no lo es, ya que existe tratamiento con antibiótico que habitualmente contiene penicilina.
Antiguamente cuando no teníamos tan al alcance los antibióticos, la mayoría de la gente se asustaba cuando oía la palabra escarlatina, pero no deja de ser una enfermedad que, después de un tratamiento de 10 días desaparece.
Lo curioso es que, al ser una bacteria la que causa la enfermedad de la escarlatina, el o la peque puede volver a padecerla más veces, ya que en el caso de las enfermedades bacterianas el organismo no se inmuniza ni crea las defensas para no volverla a pasar.
Normalmente, las infecciones de garganta de los y las peques suelen tener como origen un virus, con lo que el o la pediatra no suele dar antibiótico pero en el caso de la escarlatina es bien distinto, ya que la infección está provocada por una bacteria.
Las lesiones en la piel que provoca la escarlatina suele hacer que ésta parezca rugosa y aparecen sobretodo en tronco y cara, provocando incluso a veces una descamación de la piel.
No existe vacuna para la escarlatina, el único tratamiento es con antibiótico que se administrará después de que el o la facultativa se asegure, normalmente mediante una analítica de saliva que determinará la presencia o no de la bacteria estreptocócica.
Siendo una enfermedad contagiosa, el público más sensible son los y las niñas de 5 a 12 años, así que para prevenir, mucha higiene de manos y paciencia.
¿Han tenido tus peques escarlatina?
