Molestias Comunes Durante El Embarazo

Dolores de espalda: El aumento de peso que debe soportar tu cuerpo puede causarte dolores de espalda, sobre todo al final del embarazo, así como también una mala postura. Para aliviarlos debes mantener una buena postura al estar parada o sentada, con tu espalda erguida. Usar, preferentemente, unos zapatos con cuña. Al levantar objetos es preferible doblar  las rodillas y mantener  tu espalda derecha. Puedes aprovechar, y pedir a alguien cercano que te haga masajes, y además realizar ejercicios para fortalecer tu espalda, o hacer natación para embarazadas.

Calambres: Se intensifican a partir del segundo trimestre. La presión que ejerce el bebé puede causar una disminución del flujo de sangre en tus piernas. Asimismo, la falta de calcio y/o magnesio puede ser otro causante. Para evitarlos debes estirar los músculos antes de acostarte, sobre todos los gemelos, aumenta los alimentos ricos en calcio, magnesio y fósforo en tu dieta. Una vez que te da el calambre, si estás de pie, pasea, y mueve las piernas, si estás tumbada, levántate y pon el pie sin calcetín, en el suelo frio. Suele ir descendiendo el calambre.

Varices: Al incrementarse la presión sanguínea en las venas de las piernas aparecen o se agravan. Si estás excedida de peso tienes más probabilidades de desarrollar várices. El factor más relacionado con la aparición de las varices, es la predisposición genética. Si tienes antecedentes, puede que el embarazo sea el momento en el que den la cara. En caso de ser así, suelen salir en el tercer trimestre, y para evitarlas o, por lo menos, evitar sus molestias, puedes: Mantener las piernas elevadas cada vez que puedas, hacer ejercicio a diario (mover los tobillos rotándolos hacia un lado y otro cada vez que te acuerdes, andar varias veces al día, etc), evita estar parada de pie durante largos periodos de tiempo. No cruces las piernas al sentarte, ya que dificulta el riego sanguíneo. Si puedes, duerme de lado, y con una almohada bajo tus pies para que estos queden más elevados que el resto del cuerpo. También puedes usar medias de compresión o de descanso, no olvides que debes colocártelas al despertar, antes de bajar de la cama. Por último, no uses prendas muy apretadas.

Fatiga y cansancio: Puesto que el cuerpo trabaja horas extra para proporcionar un entorno nutritivo para el feto, no es sorprendente que una mujer embarazada se sienta cansada a menudo. Durante el primer trimestre, el volumen de sangre y otros fluidos aumenta a medida que el cuerpo se adapta al embarazo. Además al principio del embarazo, a veces, la tensión arterial es más baja, por lo que se tiende a estar más cansada. En ocasiones, la causa subyacente de la fatiga es la anemia. La anemia es la reducción en la capacidad de transporte de oxígeno de los glóbulos rojos; es un trastorno que generalmente se debe a niveles bajos de hierro. En las analíticas se ve si tienes anemia, y en caso de ser así se pone tratamiento. Pero si no tienes anemia, algunos de los consejos que te damos para aliviar este cansancio es: dormir más de 7 horas al día, al levantarte ducharte con agua fría y caliente, alternando. Tomarte pausas de descanso en el trabajo e intentar salir a que te de el aire.

 

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