Los niños materialistas no le gustan a nadie. Vivimos en una sociedad materialista, consumista, en la que a veces se mide a las personas por lo que tienen y no por lo que son. Una situación muy triste, sin duda. Y es por ello, que también los más pequeños, al nacer en este entorno y escuchar constantemente referencias a dinero, compras, necesidades materiales… acaban, en algunos casos, por convertirse en niños materialistas.
Sin embargo, papás y mamás, está en vuestras manos que el pequeño entienda la importancia de otros valores como la generosidad, la empatía, el respeto… Sin embargo, a veces son los propios padres los que acaban confundiendo al pequeño y haciendo que valoren en exceso lo material. De este modo, hay muchos casos en que les ofrecen algo material a cambio de su perdón por no haber pasado tiempo con ellos, por ejemplo, comprándoles juguetes, videojuegos u otras cosas, a pesar de ser conscientes de que sus hijos no los necesitan… Por ello, creo que la raíz del problema está en que los padres debéis en primer lugar concienciaros de la importancia de este tema y de que sois los ejemplos más importantes y modelos a seguir para vuestros pequeños.
También hay padres que lo hacen no sólo por contentarles, sino porque defienden el argumento de: “quiero que mis hijos disfruten de todo lo que yo no pude tener cuando tenía su edad”. A priori, resulta un pensamiento bastante lógico, ya que, los tiempos han cambiado y si antes, ese padre o madre recibía un regalo de cumpleaños y ahora puede permitirse comprarle tres a su pequeño, pues está totalmente justificado. Sin embargo, el problema viene cuando el pequeño no lo entiende y, con estos gestos puede llegar a la conclusión de que es más importante tener cosas que, por ejemplo, ser un buen chico. Así llegará un momento en que cada vez pedirá más, querrá más regalos, estar a la última en cuanto a tecnologías… en ese momento, ya será un niño materialista y será complicado volver atrás.
En otras ocasiones el problema radica en que hay papás y mamás que no saben decir NO a sus hijos y de ese modo, cuando los pequeños contagiados por la tendencia consumistas les piden algo, temen decepcionarlos si les dan una negativa por respuesta. Sin embargo, es fundamental que entendáis que el pequeño debe aprender a que siempre no obtendrá lo que quiera, a que hay que poner límites, ya que, además de materialista acabará siendo un niño consentido y caprichoso. Es importante hacerle entender que en la vida no siempre recibimos o tenemos aquello que deseamos y que a veces hay que luchar por conseguirlo.
Ante todo ello, ¿qué podéis hacer? Yo creo que es fundamental enseñar a los niños desde que son muy pequeños la importancia de lo que no es material, es decir, que sepa valorar un abrazo, un beso, un almuerzo junto a su familia, la belleza de la naturaleza, la magia de la complicidad con los amigos… Y sí, aunque suene a utopía, teniendo en cuenta la sociedad en la que vivimos, creo que es labor de los padres conseguir que, por ejemplo, cuando llegue su cumpleaños, aunque el niño reciba regalos materiales, también sepa valorar la presencia de su familia, el cariño que le demuestran, la ilusión de que su mamá le haga la tarta… porque qué triste resulta ver a un niño enfadado y que no atiende a razones porque en su cumpleaños no le han regalado el último juego de su videoconsola, a pesar de que a su alrededor tiene muchas cosas y mucho más importantes.
Con todo ello, no quiero decir, que no haya que hacerle regalos a los niños y darles un capricho, ya que sí es cierto que también se lo merecen, pero que entiendan que hay sentimientos, valores, emociones… algo más allá de lo material y que se pongan contentos por ejemplo cuando sus padres les traen unas simples chocolatinas, por el hecho de que han pensado en ellos y han tenido el detalle y no valoren en sí el detalle por el precio que tenga.
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