Echando la vista atrás, uno se da cuenta (y el que sea padre lo sabe o lo sabrá) que el presupuesto con el que hay que contar para satisfacer las necesidades de un bebé no es moco de pavo.
Esta tarde, en el supermercado, hemos comprado pañales para el niño. Mirábamos si en la oferta que presentaba la tienda, se podían incluir pañales de dos niveles diferentes, ya que ahora nuestro hijo está a caballo entre los pañales hasta 10 kilos y a partir de 10 kilos.
Nos ha alegrado saber que sí se podían combinar y disfrutar del descuento. No, no os echéis las manos a la cabeza y os digáis, qué exagerados son, que se emocionan por un descuento en unos pañales.
Puestos a pensar en el presupuesto, me he dado cuenta que existen gastos recurrentes y aquellos que, afortunadamente, se efectúan una sola vez.
De una sola vez pagas la cuna o minicuna, el parque, la cuna de viaje, incluso el trio (cuco, silla del coche y de paseo) que se utiliza desde que nace hasta que el niño ya tiene unos años. Eso sí, aunque estos gastos se pagan de golpe una vez, dependiendo de a las marcas a las que te dirijas, puedes ir pensando en miles de euros más que en cientos…
Por otro lado, existen los gastos recurrentes, los que hay que hacer de continuo y, nos guste o no, son absolutamente necesarios.
Uno de ellos ya lo hemos mencionado. Los pañales. Bolsas de unos sesenta pañales pueden costar unos 22 euros y te valen, con suerte, para una semana. Multiplica.
Toallitas, indispensables para los cambios de pañal.
Ropa. No le estás comprando ropa todos los días y es cierto que es posible que “herede” parte de ella pero está claro que crecen tan rápido como la ropa se les queda pequeña, que no pueden estar sin sus bodies, sus pijamas o sus pantaloncitos, calcetines o zapatos y de poco en poco, aunque la ropa de niño se puede encontrar a un precio asequible, no deja de sumar una cantidad importante. Caso aparte es el de los zapatos, posiblemente, por el tiempo que les dura, la prenda cuyo coste es más alto.
Alimentación. No siempre puedes hacerle comida casera. Y tiras de potitos. Tampoco son caros pero todo suma.
Educación. La guardería. Si tienes la suerte de tener plaza en una pública, enhorabuena. Si no es así y, además, no cuentas con ayudas, prepara unos 500 euros cada mes.
Juguetes. También heredará unos cuantos pero, ¿qué padres no le han comprado juguetes a sus hijos? Y no necesariamente cuando cumplen años sólo. Juguetes que tampoco son baratos…
En definitiva, una lista casi interminable de requerimientos a los que, además, hay que satisfacer. Todo sea por el bien de nuestros hijos…
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