La hiedra, esa enredadera que trepa muchas veces por donde no te interesa y cuesta horrores desenganchar, es un arbusto con propiedades expectorantes y antitusivas.
Las hojas de la hiedra deben recolectarse a mano durante el otoño y dejar secar en capas finas y a pleno sol para su uso medicinal.
Entre las propiedades de este arbusto se encuentra su poder antineurálgico, antireumático, antitusivo, vasodilatadora y favorecedora de regular el ritmo cardíaco.
Otros usos que se le atribuyen a esta planta trepadora son el anticelulítico, el uso para calmar el dolor y el tratamiento de las llagas o heridas.
Aunque no es recomendable tomarla directamente ya que puede provocar vómitos o diarrea, incluso llegando a ser abortiva, existe en el mercado un jarabe de hiedra y que puede tomarse a partir de los dos años de edad.
Lo que sí se puede hacer de forma natural es el cataplasma con las hojas hervidas de hiedra, para aliviar las inflamaciones de las vías respiratorias como la bronquitis y para calmar la tos.
Hace unos años que está en las farmacias el jarabe Prospantus de origen natural y elaborado a partir de extracto de hiedra, indicado para acabar con la tos seca y ayudar a expulsar la mucosidad.
En casa llevamos tomándolo un par de días y el resultado ha sido expectacular.
Al día siguiente de empezar a tomarlo el peque empezó a sacar un montón de mucosidad y su tos cambió de seca y frecuente a más esporádica y menos desagradable.
Para niños de 2 años de edad recomienda el prospecto de Prospantus tomar 2,5 ml dos veces al día. El sabor es dulce así que no será un trance dárselo porque se parece al sabor de la miel.
Nunca está de más conocer alternativas naturales y eficaces para tratar la dichosa mucosidad de nuestros peques.
¿No os parece?
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