¿Qué hacer si tu hijo no quiere comer en verano?

Todos los años pasa lo mismo: llega el verano y con el calor se nos quitan las ganas de comer. A todos: adultos y niños. Esto causa desesperación en los padres, sobre todo si tenemos hijos que andan un poco justos de peso (¡dichosos percentiles!). ¿Qué hacer?

Comer en verano

Ante todo, mucha calma

Si nos ponemos nerviosos tratando de que se coma lo que le hemos puesto en el plato, todo irá peor. Él acabará llorando, tirando los cubiertos al suelo,  y nosotros enfadados por su actitud. Y así una comida tras otra terminaremos perdiendo los nervios y temiendo que llegue la próxima vez en la que tengamos que sentarnos a la mesa. Paciencia, mamás y papás. ;)

En el verano, mejor las comidas fresquitas

Seamos sinceros: a nadie le apetece comerse un plato de lentejas o garbanzos humeantes en pleno mes de julio. Pero como no podemos estar sin comer legumbres, una opción puede ser prepararlas en ensalada.  Te tocará explotar tu vena creativa para adaptar las recetas al período estival. ;)

Las ensaladas de pasta y de arroz, a las que podemos añadir trocitos de pollo a la plancha o jamón serrano, resultan una buena opción para comer.

¡Y que decir del gazpacho! El rey de mi casa en verano. ;)

Igualmente recomendables son las cremas de verduras frías o un rico pisto preparado con esmero. ¡Y qué tal una tortilla de patatas fría! ¡A mí me encanta!

También se puede tomar un tentempié en el parque

Puede que a tu hijo no le apetezca merendar en casa a las 5 o las 6 de la tarde, con todo el calor. Prueba a llevarte al parque o a dar un paseo un tupper con trocitos de fruta fresca, un yogur o incluso un batido natural que hayas preparado. La calle les anima a comer, ¡palabra de madre!

Más importante que comer es beber

Por supuesto que han de comer, pero sobre todo, beber, para evitar la deshidratación. Un gazpacho, por ejemplo, les aportará gran cantidad de líquido, a la par que vitaminas, tan necesarias para su salud. De igual forma, zumos (mejor naturales), batidos y la tan necesaria agua serán sus aliados durante los meses de calor.

Establecer una rutina, también en verano

En verano nos acostamos y nos levantamos más tarde. En consecuencia se retrasa el momento del desayuno, no llegamos a la comida con el hambre suficiente y vamos arrastrando el desfase horario todo el día.

Por eso es necesario adaptar la rutina que teníamos establecida de 5 comidas al día a esta nueva realidad. Y madrugar un poco. Sí, estamos en verano y es cierto que no vamos a levantarnos a las 7 de la mañana, pero quizá a las 9 es una buena hora para poder desayunar y que nos dé tiempo a comer una fruta a las 11:30 y así llegar a las 14 con hambre para comer.

Espero que te sirvan estos consejos. ¿Me das otros? ;)

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