REFLUJO GASTROESOFÁGICO

El Reflujo Gastroesofágico (RGE) es el retorno pasivo del contenido gástrico hacia el esófago por incompetencia del esfínter esofágico inferior. Se realiza de forma involuntaria, sin nauseas.

Es frecuente en el recién  nacido y lactante en sus formas leves. En 1 de cada 300 puede acompañarse de complicaciones, tales como esofagitis (irritación de la mucosa del esófago), retraso del crecimiento, neumonía por aspiración y apnea.

En los bebés, es normal que se presente una pequeña cantidad de reflujo gastroesofágico. De hecho, más de la mitad de los bebés tendrá reflujo durante los primeros tres meses.

El reflujo persistente con vómito frecuente lleva a la irritación del esófago  en el bebé. El reflujo asociado con pérdida de peso o el reflujo que ocasiona dificultad respiratoria se considera  anormal.

Síntomas

  • Tos, especialmente después de comer.
  • Llanto excesivo como si se tuviera dolor.
  • Vómito excesivo durante las primeras semanas de vida; empeora después de comer.
  • Vómito extremadamente fuerte.
  • No alimentarse bien.
  • Negarse a comer.
  • Crecimiento lento.
  • Pérdida de peso.
  • Sibilancias (sonido del aire respiratoria cuando se expulsa) u otros problemas respiratorios.

Evaluación diagnóstica

El diagnóstico de RGE en las formas leves se basa, exclusivamente, en la historia clínica y en la resolución del problema con medidas terapéuticas, sin precisar procesos diagnósticos invasivos. En aquellos niños en los que se ve afectado el crecimiento o presentan complicaciones, el orden de pruebas diagnósticas más habituales son:

  • Monitorización del pH esofágico durante 24 horas (pHmetría).
  • Esofagograma con bario (líquido de contraste)
  • Endoscopia.
  • Biopsia.

 

Tratamiento

Si su bebé está regurgitando más de lo esperado, pero está creciendo bien  y parece contento, tal vez no se necesite ningún cambio en la alimentación.

El tratamiento agresivo debe evitarse debido a la naturaleza benigna de la regurgitación simple y al hecho de que la curación es espontánea, sin tratamiento, en un 60% de los casos a los dos años (formas leves). En los niños con síndrome de Down,  parálisis cerebral y otras formas de retraso psicomotor, la resolución puede ser más tardía.

Postural:

Probablemente es el más eficaz. Se recomienda:

  • Acostar al bebé de medio lado.
  • La posición boca-arriba debe ser con una inclinación de 30 grados aproximadamente, inmediatamente después de la ingesta durante 30 minutos.

La posición de sentado permanentemente, antiguamente prescrita, es tan desfavorable como el ponerle boca-abajo.

Dietético:

Fraccionar las tomas de alimento con menor volumen por toma y aumentar su frecuencia (poca cantidad y a menudo).

Espesar el alimento, introducir precozmente las papillas con cereales y ofrecer frutas no ácidas dependiendo de la edad y tolerancia del niño.

Farmacológico:

Algunas veces, se utilizan medicamentos para reducir el ácido o incrementar el movimiento de los intestinos.

avatar

Acerca de Paloma

Enfermera Pediatría
Esta entrada fue publicada en Alimentación, Bebés, Salud. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>