La noche y la tos son malas compañeras. En cuanto acuestas a tu hijo, se produce una conjunción planetaria que tiene como resultado ataques de tos constantes que os impiden dormir a todos. Porque está claro que la criatura no duerme, pero tampoco nadie en esa casa.
Hoy mi post trata de algunos remedios naturales para aliviar la tos. Son los que yo pongo en práctica con mi hija, así que os aseguro que funcionan. Aunque es verdad que depende mucho del tipo de tos que tenga cada uno. Porque ya sabéis que el campo toses es un mundo. 
Por eso, ante la duda, mejor al médico.
4 formas de aliviar la tos
- La cebolla, el clásico de los clásicos. Me reía yo cuando me contaron que, para aliviar la tos, lo mejor era cortar una cebolla por la mitad y depositar las dos mitades en un plato, cerca de su cuna o cama. ¡Mano de santo! Como contraprestación, la habitación apestará
un poco bastante a cebolla, pero no se puede tener todo en esta vida. - El eucalipto, otro de los remedios por antonomasia. Hierve hojas de eucalipto (disponibles en herbolarios, por ejemplo) en un cazo y colócalo en la habitación. Su olor te transportará hasta los bosques gallegos.
- Toallas o cojines debajo del colchón. Colócalos debajo de donde tu hijo sitúa su cabecita. Así crearás una suave pendiente que hará que su cabeza no esté horizontal del todo y pueda respirar mejor.
- ¡Fuera mocos! En muchas ocasiones la tos es producida por la mucosidad, que se va hacia la garganta al estar tumbado. Limpiarle la nariz (con suero fisiológico o un aspirador nasal) le ayudará a calmarse.
Y ahora sí: ¡a dormir tranquilos! 
Estos son mis remedios. Y tú, ¿qué otros métodos utilizas para aliviar la tos de los peques?
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