A partir de los 3-4 años es recomendable acudir a un especialista para que realice una revisión oftalmológica del o de la peque, sobretodo antes de que empiece la lectoescritura en la escuela, que puede o debería ser no antes de los 5-6 años.
En la última revisión oftalmológica de la mayor, salimos con un papelito en el que nos escribieron este nombre: binocularidad.
Durante la revisión hicieron hincapié en los ejercicios de convergencia…acercándole el dedo y una luz roja hacia la nariz una y otra vez.
Al finalizar, la optometrista me preguntó si leía correctamente, porque posiblemente le costara enfocar y por eso fuera más lenta en la lectura.
En disfunciones de la visión podemos encontrar las alternaciones estrábicas y las no estrábicas (más difíciles de diagnosticar porque aparentemente no se aprecia nada y el o la peque está acostumbrado a forzar inconscientemente los ojos para poder seguir teniendo visión binocular).
Lo normal es que entre la visión de un ojo y otro, exista un campo que se comparte, en el que los dos ojos trabajan juntos y coordinados.
En niños que sufren alguna alteración binocular, se pueden encontrar distintos tipos de disfunciones.
Veamos a continuación los principales tipos de alteraciones oftalmológicas:
- Insuficiencia de convergencia
- Insuficiencia de divergencia
- Endoforia básica
- Disfunción de la vergencia fusional
- Exceso de convergencia
- Exceso de divergencia
En esta página Web explican muy bien todas y cada una de las posibles alteraciones binoculares, por si tenéis necesidad de consultarlas.
Lo que está claro es que, no porque el o la peque no tenga síntomas visibles como pueden ser los distintos tipos de estrabismo, quiere decir que no esté padeciendo algún tipo de alteración.
En ocasiones, la detección precoz es clave para evitar retrasos escolares y de aprendizaje y además muchos tipos de alteraciones se pueden solucionar mediante la realización de ejercicios o de terapias pasivas (con luz).
¿Cada cuánto realizáis la revisión oftalmológica a vuestr@s peques?