Nunca he probado esto de la tetanalgesia, pero dicen, comentan, se rumorea, me han contado…, que funciona. Que el dolor no se va, obviamente, pero que ayuda a calmar a los bebés. Y qué quieres que te diga, me lo creo. 
¿Qué es la tetanalgesia?
¿Recuerdas cuando le hicieron a tu bebé la prueba del talón? Sí, esa que se hace a las 48 de vida, cuando, en mitad de la noche (o a plena luz del día, según el caso), una enfermera irrumpe en la habitación del hospital en la que os habéis quedado dormidos, por fin, y pincha a tu pequeño en el pie para apretujárselo y obtener unas gotas de sangre. Desde luego, el grito que profiere la criatura es de traca. 
O las primeras banderillas en el centro de salud, que coinciden con su primer cumplemes. ¡Ala, otra ronda de lloros!
Pruebas y procedimientos súper necesarios, claro está. Pero que, dicen, se puede aliviar el llanto y el desconsuelo de los chiquitines si durante los segundos que dura la vacunación o la intervención, nos los enganchamos al pecho. Tetanalgesia, lo llaman. Un nombre muy descriptivo, ¿verdad?
No sé si será verdad, pero no me parece nada descabellado. La teta no es solo alimento. Y eso los bebés (y los niños más grandes), lo saben bien. Utilizan los momentos de lactancia también para dormir, para calmarse cuando les duele algo, para relajarse ante una situación que le pone nerviosos… Así que, ¿por que no unos minutos extra de mimos de mamá para mitigar el dolor?
Lo cierto es que no lo he probado nunca. Escuché hablar de los beneficios de la tetanalgesia un poco tarde ya: mi hija tiene muchos dientes y me da miedo que, ante el susto del pinchazo, me arree un bocado que me haga ver las estrellas. Así que, lo pospongo por si viene un segundo…
¿Conocías esto de la tetanalgesia? ¿Lo has probado?
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