Hoy os voy a hablar de otro decálago de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (EAPap). Esta vez es el Decálogo de la Alimentación. Lo he visto colgado hoy en la puerta del pediatra de la peque. Por desgracia esta tarde hemos tenido que ir al médico con ella. Está constipadilla y tiene unos mocos… Por suerte, los mocos no le han bajado al pecho, así que de momento su medicina será beber mucho líquido para deshacer las flemas. Pero sigamos hablando de comida, que es a lo que íbamos.
Durante las últimas décadas, el sobrepeso y la obesidad infantil ha aumentado en todo el mundo. Según la AEPap, “el exceso de peso es un factor de riesgo para enfermedades en la edad adulta pero se asocia también con el deterioro de la salud durante la infancia”.
Por eso, en el marco del 62 Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y con el objetivo de promover una alimentación saludable entre la población infantil, la AEPap ha presentado este Decálogo de la Alimentación, un documento divulgativo dirigido a padres, tutores y guarderías con varias pautas de cara a enseñar a los niños a comer desde pequeños.
1. Una alimentación completa y equilibrada mantiene la salud y previene enfermedades. Se consigue con una dieta variada que incluya todos los grupos de alimentos. Si los niños empiezan desde el principio a comer de todo, se acostumbran para siempre.
2. La dieta mediterránea es muy sana. Consiste en comer muchos vegetales (frutas, verduras, hortalizas, legumbres), cereales (pan, pasta, arroz) y más aves y pescado que carne roja. Cocinar con b y poca sal, mejor yodada.
3. Es bueno repartir lo que se come en 5 comidas. Desayuno, comida y una cena ligera. Además, a media mañana y merienda, es mejor una fruta fresca o un bocadillo que un zumo envasado o bollería industrial. No hace falta “picar” nada más.
4. Los niños aprenden a comer imitando a los mayores. Mejor comer despacio, masticando bien, sentados en la mesa, disfrutando en familia. Sin tele, porque el niño mal comedor se distrae y no come; y el que come mucho, lo hace sin darse cuenta de la cantidad que toma.
5. Siempre un buen desayuno antes de ir a clase: lácteo, cereales (pan) y fruta (una pieza entera o zumo natural o ¡tomate!). Mejora el rendimiento físico e intelectual y evita la obesidad.
6. Todos los días frutas, verduras y hortalizas. Se recomiendan 5 raciones al día. Dos o tres deben ser frutas enteras y a mordiscos. Es mejor postre que un lácteo. No más de un vaso de zumo natural, recién hecho, al día.
7. El agua es la única bebida necesaria y más sana que cualquier refresco, zumo o batido.
8. Evite la comida precocinada (con más grasas y sal) y los alimentos con grasas saturadas, trans o hidrogenadas y aceites de coco y palma (lea las etiquetas). Si toma dulces y aperitivos salados que sea con moderación. Cocine más veces a la plancha, en el horno, por cocción o al vapor y menos fritos, empanados y rebozados.
9. Deje que su hijo decida cuánto quiere comer. Tenga confianza: mejor ofrecer, no obligar. Los niños comen la cantidad que necesita su cuerpo, no la que nosotros queremos. La comida no es un castigo; ni tampoco debería ser un premio.
10. Conseguir una hora de ejercicio todos los días: correr en el patio, pasear, subir las escaleras, sacar al perro o ir andando o en bici al colegio. Además, 5 veces a la semana al menos, un poco más de deporte; más divertido
en compañía.
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