Dentición en el bebé: salida de las primeras muelas

Parece que nuestro hijo, con sus quince meses recién cumplidos, va siguiendo el manual de la buena dentición.Por lo general, entre los ocho y los doce primeros meses (mes arriba, mes abajo) salen los incisivos centrales superiores e inferiores (lo que llamamos comúnmente “palas”) para que hasta los trece meses, aproximadamente, les acompañen, tanto arriba como abajo, los incisivos laterales, los que van a los lados de los centrales.

dentición primeras muelas en el bebé

Supongo que como los primeros meses de vida del niño, en los que el pecho y los biberones son de lo más común en su alimentación y, como mucho, hemos introducido sólo purés o papillas de frutas, no les es necesario contar con piezas dentales que sirvan para moler o desgarrar alimentos.

Por cierto, una curiosidad que he leído: las niñas suelen empezar con la dentición antes que los niños.

Bueno, curiosidades aparte, hace cosa de un mes y algo, casi dos, en uno de los contados momentos en que nuestro hijo se deja ver la boca (qué reservado es con enseñar la boca, Dios mío…; nos cuesta un montón que la abra para ver si ha tragado, por ejemplo, un trozo grande de pan), a mi mujer le pareció ver que salía algo blanco de la parte de atrás de las mandíbulas de nuestro pequeño.

Otra curiosidad: la dentición de leche es mucho más blanca que la definitiva que nos sale después.

En fin, sigamos…

Unknown

Vimos que, en efecto, le estaban saliendo las primeras muelas. A ambos lados de la mandíbula y tanto arriba como abajo.Y, de nuevo, tratando de buscarle la explicación más coherente, la tenemos en sus hábitos alimenticios.Desde pasado el año, poco más o menos, ya le hemos introducido en las cenas (antes del biberón de leche con cereales) un plato de “sólido”.

primeros dientes, dentición

Nos permite no sólo que juegue con las texturas (con una cuchara que maneja él y con las manos), detalle muy importante para su desarrollo justo en esta época de los 11 a 13 meses sino que le vamos metiendo en el mundo de la comida que los adultos que le rodean, tarde o temprano, iba a compartir con él.

Al darle alimento sólido que muchas veces, por mucho que lo hayamos cortado y “preparado”, requiere cierto tratamiento en la boca antes de tragar, se hacía necesaria la presencia de estas nuevas piezas que le ayudan, sin ninguna duda, a digerir lo que le damos sin problema.

Para que haya quien dude de la evolución…

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Un Padre con la L
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