Aunque algunas mujeres al leer el titular de este artículo pensarán que es evidente cuando ha llegado este momento, yo creo que es la pregunta que se hacen las embarazadas y con más frecuencia de lo que pensamos.
La experiencia me da la respuesta a la pregunta y de hecho, hace unos días, conversando con una amiga que está embarazada me planteaba preocupada cómo sería eso de “romper la fuente” o como más comúnmente se conoce el “romper aguas”.
Y es que, cuando esto ocurre, debes saber que ha llegado el momento y que pronto comenzará el proceso del parto, por lo que ya será cuestión de poco tiempo que puedas verle la carita a tu pequeño.
En primer lugar, como el propio nombre lo indica, notarás que pierdes líquido y puede que esto empiece a poco a poco o que directamente sientas que expulsas una gran cantidad. Aunque en algunos casos cuando es menos cantidad, algunas mujeres temen confundirlo con orina, especialmente en esta fase en la que por el peso del pequeño necesitas ir más al baño y puedes tener alguna pérdida. Sin embargo, hay dos señales que te indicarán que no se trata de pis. En primer lugar, el olor es diferente, suele ser más dulce y en segundo lugar, la cantidad es bastante mayor a cuando tienes un escape de orina.
La cantidad también depende de la postura en la que te encuentres, ya que, por ejemplo, si esto te ocurre cuando estás recostada o tumbada será mayor. Esto se debe a que el líquido puede salir con mayor libertad que si estás de pie, ya que en este último caso, la cabeza de tu pequeño impedirá que salga tanta cantidad, al obstruir la salida del cuello del útero.
Es importante también que prestes atención al color del liquido que expulses, ya que, esto te dará indicios de cómo se encuentra tu pequeño. Normalmente, suele ser blanquecino o incluso sin color, lo que demuestra que todo anda bien, aunque tendrás también que acudir al hospital de igual forma. Sin embargo, la situación será más urgente, si en vez de este tono, observas que es verdoso, oscuro o amarronado, puesto que, si es así, puede que el pequeño no se encuentre bien o algo esté fallando.
De un modo u otro, cuando, según esta señales creas que ya has roto aguas, tendrás que irte al hospital acto seguido.
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